EL DIA LLAMADO LA NAVIDAD

Guardáis los días, los meses, los tiempos, y los años. Me temo de vosotros... Galatas 4:10-11

Hace unos años cierta muchacha que asistía a una escuela bíblica cuidaba a los niños de una familia judía. Una noche ella y el señor emprendieron una discusión de las creencias de ella y a cierto punto el hombre le preguntó, "¿Por qué celebra Ud. la Navidad y cual es la autoridad por la cual Ud. guarda ese día?" Inútil es decirlo, ella no sabía qué contestar puesto que ellos dos sabían que no había mandato bíblico para hacerlo. Como recuerdo, él le hizo notar la gran incompatibilidad de alegar que la Biblia era el fundamento de su fe al mismo tiempo que hacía tal gran cosa de celebrar un día del que la Biblia está silenciosa.

Es cierto que nadie negaría que la Biblia no les manda a los cristianos que celebren el nacimiento de Jesús de Nazaret. Aunque se puede dar unas razones por hacerlo, nunca se puede decir que es bíblico. Los judíos tienen mandamientos bíblicos para todos sus días santos y para todas sus fiestas, pero no hay ninguno ordenado a los cristianos. En cambio, esto no debe ser sorprendente siendo que la religión judaica es una religión de ceremonias externas mientras que la religión cristiana es una religión de la justicia de que esas ceremonias judaicas son simbólicas.

Después de leer los claros y específicos mandamientos contenidos en la ley del Antiguo Testamento respecto a la observancia de los días santos y de las fiestas, ¿se puede creer seriamente que Dios habría estado callado acerca de esta cuestión si en realidad El hubiera querido que los cristianos guardaran el cumpleaños de Cristo? El explicó en detalle todo lo de las fiestas mandadas por la ley; por ejemplo, cuándo y cómo deben guardar la pascua de los hebreos, la Fiesta de la Primera Cosecha, la Fiesta de las Trompetas, y el Día del Perdón. ¿Haría El menos por el honor de su propio Hijo si hubiera tenido intención de que se guardara su cumpleaños? ¿No es una tontería creer que Dios estaría totalmente callado si, de hecho, tuviera intención alguna de tener tal fiesta para el cristianismo?

No obstante, no se nos dieron tales mandamientos ni tales instrucciones. Al contrario, Dios lo ha hecho imposible guardar el compleaños de Jesús porque nadie sabe cuando nació. Así como Dios escondió el cuerpo de Moisés para que los israelitas no pudieran adorarlo, así también en su sabiduría infinita El mismo ha escondido aquél glorioso día para que nunca podamos guardarlo. Cualquier otra cosa que sea, sería sólo una casualidad si el 25 de diciembre fuera el cumpleaños de Jesús de Nazaret.

En realidad, hay varias razones para creer que Jesús nació en el verano en vez del invierno. En primer lugar, los pastores no habrían estado en el campo con sus ovejas en el invierno por el frío. Otro argumento poderoso en contra del invierno es que el censo por el cual viajaron José y María a Belén nunca habría sido mandado por el gobierno en los meses del invierno porque las penalidades del viaje en aquellos días fueron demasiado difíciles. En estos días de autopistas, carros, y aviones es difícil para nostros entender lo árduo que era en realidad el viajar en aquellos días. Pero debemos recordarnos que era tan difícil que hasta Pablo mismo dejaba de viajar durante esa estación. ¿Cuanto más difícil sería un viaje si hubiera mujeres y niños en la compañía?

¿Si la Biblia no dice nada de la fecha de su cumpleaños y si los eruditos nunca han hallado una manera para determinarla y si, además, hay otras razones para sospechar fuertemente que El nació en el verano o el otoño, cómo es que se escogió el 25 de diciembre como la fecha de este suceso indeciblemente grande y maravilloso? ¿Cómo empezó esta tradición? La respuesta es muy sencilla y se la halla en cualquier enciclopedia. La tomamos de los paganos! Eso es correcto. Este día que casi el mundo entero guarda en una manera u otra es de origen pagano.

Esto es lo que dice la Enciclopedia de los Pueblos Americanos. "La Navidad, originalmente Cristes Masse, es decir, la misa o fiesta de Cristo de la iglesia, es el nombre del día en el cual se celebra el nacimiento de Cristo. Es patente, sin embargo, que se celebraba una fiesta en este día mucho tiempo antes que se consideró sagrado como el cumpleaños de Jesús de Nazaret. Las saturnales de los romanos y la fiesta invernal de los britanos paganos se celebraban a eso del 25 de diciembre; y más tarde, la fiesta romana en honor de Mitra el dios del sol (instituido el año 273 d.c.) De ésta, este día llegó a ser conocido como el Cumpleaños del Invencible Sol; y después de su adopción por la iglesia cristiana en el siglo IV como el cumpleaños de Cristo, a este nombre se dió una interpretación simbólica."

¿Cómo es posible que la iglesia cristiana adoptara el cumpleaños de un dios pagano a ser el cumpleaños de Cristo? ¿No parece imposible que ella podría hacerlo? Sin embargo, lo hizo. Es claro que después de que supuestamente se convirtió el emperador romano Constantino a eso de 325 d.c., se quitó el agravio de la cruz de Cristo y las persecuciones cesaron. El cristianismo llegó a ser la religión del estado romano. Los paganos se juntaron a la iglesia en bandadas sin arrepentirse y sin nacer de nuevo porque querían disfrutar las bendiciones del emperador quien dió muchas preferencias a los que se llamaron cristianos. Lo mismo que los paganos de cada época siempre debían tener sus ritos y fiestas, aquellos llamados cristianos, quienes no eran cristianos realmente, tuvieron que tener los suyos también. Ellos no podrían soportar el verdadero culto enseñado por Cristo mismo lo cual es el adorar en espíritu y en verdad.

Así que, la iglesia pérfida simplemente adoptó como el cumpleaños de su nuevo Dios el cumpleaños del antiguo dios Mitra con la continuación de todas las festividades a las que fueron acostumbrados. Mientras tanto, la vida del supuesto convertido no había cambiado siquiera un poco. El continuaba a vivir de acuerdo con el espíritu del mundo lo cual había reinado totalmente en su vida antes.

Además, es claro que la iglesia apostólica y la iglesia primitiva no guardaron el cumpleaños de Cristo. No sólo está la Biblia completamente callada de este día sino también están los escritos de los líderes de la iglesia primitiva. Es un hecho histórico que ellos no guardaron ningún día como el cumpleaños de Jesús de Nazaret. Sólo después de la apostacía de la iglesia en el siglo IV comenzó ella a celebrar esta fiesta.

Esto no viene de mi propia imaginación. Estos son hechos históricos. Aunque muchas personas son apesadumbrados por estos pensamientos, no obstante, la verdad es la verdad, y se debe admitir que el día llamado la Navidad es, de cabo a rabo, pagano y sin fundamento bíblico. ¿No es una cosa maravillosa como los llamados cristianos se perpetúan y se agarran a estas costumbres paganas en el nombre del que aborreció tales costumbres? No sólo las perpetúan sino también las defienden con vigor. No vacilan a tiznar por un hereje a cualquier persona que escrupulice el uso de estas costumbres paganas y anti-cristianas. Qué seres extraños somos los humanos!

¿Es esto, de veras, el cristianismo que enseñaron Cristo y los apóstoles? ¿Es posible que a Jesús le pueda gustar esta clase de religión? ¿Es glorificado Jesús por estas tradiciones paganas porque su nombre ha sido fijado a ellas? ¿Es el sacrificio mejor que la obediencia? ¿No nos puede preguntar El con razón como preguntó a los israelitas idólatros en el pasado, "Quién demanda esto de vuestros manos?" ¿No es una tontería creer que Jesús está satisfecho si sin saber cuando El nació decidimos celebrar su cumpleaños en el mismo día en que los paganos celebraban el cumpleaños de un dios pagano?

Consideremos este punto en mas detalle. Supongamos que cierto hombre tenga una esposa y que ella hubiese tenido otro amante antes de casarse con él. Y supongamos también que mientras le amaba al otro, ella siempre celebraba su cumpleaños con ciertas festividades y hechos. Pues, ¿estaría satisfecho el esposo si su esposa insistiera en celebrar su cumpleaños al mismo día que el de su amante anterior y con las mismas festividades y hechos? ¿No sería ofendido sumamente en cambio y no dudaría de la fidelidad y amor de su esposa con mucha razón?

Cualquier ser sincero y racional sabe las respuestas a dichas preguntas. Sin embargo, casi todo el mundo es tan altivo e hinchado con orgullo que creen que hacen un favor a Dios cada vez que le den atención cualquiera. Ellos orgullosos creen que El, como un buen perrito, recibirá agradecidamente cualquier cosa que condesciendan a echarle. Pero, que contrario es esta opinión a la verdad! Por la Biblia entera vemos que Dios siempre rechaza el culto del hombre como cosa idólatra cuando no es ofrecida de acuerdo con sus preceptos.

No se puede adorar a Dios verdaderamente sin obedecerle. El culto de un pecador es una abominación a Dios. Es como si un traidor dijera que es buen ciudadano. Dios mandó a los israelitas que ofrecieran los sacrificios al Templo y, por lo tanto, cuando los ofrecieron a los lugares altos en vez del Templo, le fue una abominación. Y ¿por qué? Porque el adorar sin el obedecer es una locura.

¿Por qué no quiere entender esto el hombre? ¿Para qué nos sirve la Biblia si no queremos aprender las lecciones que nos enseña? Cuán tonto es el hombre quien enaltece la Biblia y exalta las escrituras mientras ignora las lecciones que le dan. De las escrituras es claro que Dios odia el culto que es inspirado por la naturaleza del hombre, es decir, por la sabiduría del hombre natural. Sólo aquél que es inspirado por su propio puro y eterno Espíritu le es aceptable.

Yo recuerdo una vez oyendo del púlpito algo así, "Algunas personas creen que no debemos tener árboles y luces de Navidad y otras tales costumbres pero a mí me gustan mucho. Estoy muy contento de que el mundo hace estas cosas porque cuando encienden las luces del árbol o cantan un canto de Navidad o dicen Feliz Navidad, confesan que Jesús verdaderamente es el Cristo." Pues, superficialmente esto parece muy razonable. Pero, ¿lo es? ¿No es la verdad que casi todas las desviaciones de los puros y santos mandatos de Dios parezcan muy razonables a la mente carnal? Los argumentos de la serpiente en el jardín del Edén parecieron tener razón a Eva. Pero, ¿fueron correctos? ¿Era buena cosa que ella haya seguido las sugestiones razonables de la serpiente? ¿Está el mundo en mejor condición porque ella creyó las insinuaciones de Satanás?

Si escudriñamos solamente un poco debajo de la superficie, el asunto comenzará a cambiarse. ¿Está mostrando un criminal que ama su país simplemente porque él saluda la bandera o canta el himno nacional? ¡Seguramente que no! La prueba de que un hombre ama su país es que obedece sus leyes y está fiel a su constitución. ¿Cuando los pecadores enciendan las luces o canten los cantos o digan Feliz Navidad, realmente están confesando que Jesús es el Cristo? ¡Claro que no! A ellos solamente les gustan las festividaded de Navidad y nada más. Si verdaderamente confesaran que Jesús es realmente el Cristo, temerían, temblarían, y se arrepentirían porque "horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo" siendo así que "nuestro Dios es un fuego consumidor." Hebreos 10:31 y 12:29

Si no hubiera festividades cualquiera, muy poca gente querrían guardar la Navidad. Verdaderos cristianos la guardan todos los días de sus vidas. Ellos saben bien que Jesús nació porque El habita en sus corazónes y siempre sienten el Espíritu verdadero de Navidad.

Indaguemos un poco más profundamente esta cuestión. ¿Desea Dios y a El le gusta el testimonio de los malos? La respuesta es, no. Ni desea ni a El le gusta su testimonio. La Biblia enseña claramente que le es una abominación. Jesús siempre reprendía a los demonios cuando confesaban que El era de hecho el Cristo, el Hijo de Dios. Vea, por ejemplo, Lucas 4:41. Y también consideremos Hechos 16:17. Pablo y Silas estuvieron en Filipos de Macedonia. Se lee que había "una muchacha que tenía espíritu de adivinación...Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días."

Ahora bien, de acuerdo con el razonamiento usado por el predicador ya mencionado, esto le debía haber agradado mucho a Pablo, especialmente ya que todos creían las palabras de esa muchacha porque sabían que ella tenía un espíritu de adivinación. Bueno, ¿que pensaba ese gran Apóstol? "Pero desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora."

Ese predicador ya mencionado nunca entendería esto. ¿No hablaba la muchacha la verdad? Sí, hablaba la verdad. ¿No dirigía a la gente hacia Pablo para encontrar la salvación? Sí, lo hacía. Seguramente eso no podría ser malo. Pues, no importa lo que sea nuestro razonamiento. El hecho es que le desagradó a lo principal de los apóstoles de lo cual parece seguro que Dios no desea ni le agrada el testimonio de los malos. Se halla la razón en las palabras del profeta Jeremías donde él dijo de los israelitas pecadores quienes solían hablar mucho de Jehová mientras adoraban a otros dioses, "Aunque digan: Vive Jehová, juran falsamente." Es decir, aun la verdad es mentira en las bocas de los pecadores. Es imposible que el pecador diga la verdad aun cuando use las palabras de la verdad.

Es muy cierto que el espíritu navideño no es el espíritu de Cristo. Lo sé bien por la experiencia porque participé de ese espíritu y lo amé no sólo como un pecador que mentalmente creyó en Jesucristo sino también aun como un agnóstico. El mundo ama el espíritu de Navidad, y el mundo siempre ama sus propias cosas. El mundo nunca ha amado y nunca amará al espíritu de Cristo porque éste es el espíritu de la santidad, hacia la cual el mundo siempre tiene odio. La simple verdad es que el espíritu navideño es el espíritu del mundo vestido con vestiduras cristianas. De otra manera, ¿como sería posible que el mundo pudiera amar la Navidad tanto, puesto que las escrituras nos dicen que "el mundo entero está bajo el maligno?"

Esto debe ser evidente por si mismo. Sin embargo, parece que no lo es. De otra manera, no habría tantas personas que dicen que creen en la Biblia quienes están participando de esta maldad. Si los profesantes de Cristo sólo llegaran a ver una vez que las cosas de Dios son sumamente desagradables a la persona mundana y no convertida, entonces tendrían que confesar que la Navidad no es ni puede ser de Dios. El mundo es y siempre ha sido enemigo de Dios y odia todo tocante a la santidad. No obstante, el mundo ama la Navidad. Las prostitutas, los borrachos, los ladrones---todos la aman.

La Navidad es del mundo y está saturada con un espíritu festivo, ligero, y mundano. Este espíritu nunca lleva a la santidad verdadera ni a la devoción a Dios. Al contrario, destruye la sobriedad, la seriedad, y el puro temor de Dios, y lleva a la levedad, la tontería, el parrandear, las borracherías, etc. No hay otra temporada del año en la cual sucede tanta maldad como en la temporada llamada la Navidad.

Hace unos años la esposa de un mi hermano espiritual solicitó el divorcio porque él se había hecho un verdadero cristiano. Uno de los testigos de parte de ella, para probar que mí hermano era un esposo inepto e indigno, lo acusó de lo siguiente: ya no fumaba, ni se embriagaba, ni fumaba mariguana, ni parrandeaba, ni iba a los cines, ni miraba la televisión, ni guardaba la Navidad, etc., sino ahora él sólo quería asistir a los cultos, orar, y vivir una vida santa. De esto, es patente que el religioso y el no religioso se juntan en este punto de disputa para perseguir al justo.

Querido lector, ¿es una cosa sin importancia para usted que Dios mismo ha decidido esconder ese día glorioso de nosotros? ¿Le es una cosa sin importancia que la iglesia apostólica y la iglesia primitiva nunca lo guardaron? ¿Le es una cosa sin importancia que esta fiesta está llena del paganismo y fue parte del culto pagano? ¿Le es una cosa sin importancia que la iglesia cristiana comenzó a celebrar la Navidad sólo después que ella se había apostatado? ¿Le es una cosa sin importancia que el mundo ama la Navidad y que ella fomenta la borrachería y otras muchas sensualidades? ¿Le es una cosa sin importancia que Dios nunca nos ha mandado que guardemos esta fiesta? Si para usted es así, entonces sin falta sigue guardando estas costumbres paganas y anti-cristianas. Pero, en cuanto a nosotros, los Amigos de Jesucristo, serviremos al Señor.